No puedo vivir sin ti

 

LAURA TAMAYO GALLEGO

Diplomada y Grado en Trabajo Social. Licenciada en Antropología social y cultural. Trabajadora social en el Centro de Inserción Social Mercedes Pinto
 

En el contexto de la violencia de género, la dependencia emocional emerge como un factor crítico en la conducta de los hombres agresores. Este fenómeno, caracterizado por la incapacidad de gestionar adecuadamente las emociones y las relaciones afectivas, contribuye significativamente a la manifestación de comportamientos inadecuados y delictivos. Desde la perspectiva del trabajo social penitenciario, es esencial comprender y abordar esta dependencia emocional para desarrollar intervenciones efectivas que promuevan la rehabilitación y la prevención de futuras agresiones.

 

Las principales características de la dependencia emocional que se detectan en los hombres que cometen delitos de violencia de género son: baja autoestima, miedo a soledad, necesidad constante de aprobación, conductas de control y celos y dificultad para tomar decisiones por sí mismos. Al no poder gestionar adecuadamente sus emociones, suelen recurrir a la violencia como una forma de mantener el control y evitar la pérdida de la persona de la que dependen emocionalmente. Por ello, el trabajo social puede jugar un papel crucial en ayudar a estos individuos a reconocer su dependencia emocional y promover un cambio positivo en sus conductas y relaciones.

Se tratarán las iniciativas de prevención que abordan la dependencia emocional en el ámbito penitenciario, donde no solo se facilita la rehabilitación de los agresores, sino que también se contribuye a la seguridad y bienestar de las mujeres víctimas de sus delitos o futuras parejas.

 

Esta ponencia ofrece una visión técnica sobre la importancia de la gestión de la dependencia emocional en los hombres que ejercen violencia de género, destacando la necesidad de intervenciones multidisciplinarias y personalizadas para combatir esta lacra social.