Se trata de una estrategia de prevención, centrada en el refuerzo y adquisición de hábitos de vida saludables, dirigida a población mayor de 64 años, con el objetivo de sensibilizar sobre el uso y/o evitar el abuso de psicofármacos, y otras conductas de riesgo. Partiendo de una óptica biopsicosocial, con metodología participativa y
activa, se potencian técnicas de autocuidado y autoestima, así como la propia gestión de las emociones.